lunes, 22 de junio de 2020

Confundiendo historias

Cuento: Confundiendo historias, de Gianni Rodari.
Ilustrado por Alessandro Sanna.
Ed. Kalandraka

—ÉRASE UNA VEZ UNA NIÑA QUE SE LLAMABA CAPERUCITA AMARILLA.




—¡NO, ROJA!

—ESO, CAPERUCITA ROJA.




SU MADRE LA LLAMÓ Y LE DIJO: “ESCUCHA CAPERUCITA VERDE...”


—¡QUE NO, ROJA!


—¡AH!, SÍ, ROJA.




“VE A CASA DE TÍA LOLA Y LLÉVALE ESTA BOLSA DE PATATAS.”

—QUE NO: "VE A CASA DE LA ABUELITA

Y LLÉVALE ESTA TORTA DE PAN."




—DE ACUERDO. LA NIÑA SE FUE POR EL BOSQUE Y SE ENCONTRÓ UNA JIRAFA.




—¡QUÉ TONTERÍA!

SE ENCONTRÓ UN LOBO,

NO UNA JIRAFA.




—Y EL LOBO LE PREGUNTÓ: "¿CUÁNTAS SON SEIS POR OCHO?"

—NADA DE ESO. EL LOBO LE PREGUNTÓ: "¿ADÓNDE VAS?"

—ESO ESTÁ MEJOR.




—Y CAPERUCITA NEGRA CONTESTÓ...

—¡ERA CAPERUCITA ROJA, ROJA, ROJA!




—SÍ, Y RESPONDIÓ: "VOY AL MERCADO A COMPRAR SALSA DE TOMATE."




—NI POR CASUALIDAD: "VOY A CASA DE LA ABUELITA, QUE ESTÁ ENFERMA, PERO NO ENCUENTRO EL CAMINO".



—EXACTO. Y EL CABALLO DIJO...

—¿QUÉ CABALLO? ERA UN LOBO.



—SEGURO. Y DIJO: "SUBE AL TRANVÍA NÚMERO SETENTA Y CINCO, BAJA EN LA PLAZA MAYOR.




TUERCE A LA DERECHA, ENCONTRARÁS TRES ESCALONES Y UNA MONEDA EN EL SUELO.

OLVIDA LOS TRES ESCALONES, TOMA LA MONEDA Y CÓMPRATE GOLOSINAS."




—TÚ NO SABES CONTAR CUENTOS, ABUELO.

¡LO CONFUNDES TODO!

PERO DA IGUAL, CÓMPRAME LAS GOLOSINAS.


—ESTÁ BIEN, TOMA EL DINERO.




Y EL ABUELO CONTINUÓ LEYENDO EL PERIÓDICO.




FIN

CONFUNDIENDO HISTORIAS
(Libros para soñar)

Gianni Rodari (texto)
Alessandro Sanna (ilustración)
Antonio Rubio (traducción)




CLÁSICOS CONTEMPORÁNEOS

Gianni Rodari fue un maestro en el arte de contar historias; y bien que lo demostró en sus "Cuentos por teléfono". El ilustrador Alessandro Sanna nos propone en este álbum revisitar a una sorprendente Caperucita para jugar a "romper" todo lo conocido.

© Kalandraka

No hay comentarios:

Cuento: "Pata de dinosaurio" Autora Liliana Cinetto

EN EL NIDO DE MAMÁ PATA APARECIÓ UN HUEVO GRANDOTE, RARO, DE COLOR GRIS… —SEGURO ES UN HUEVO DE CISNE —DIJO MAMÁ PATA, QUE CONOCÍA DE ME...